HORA

domingo, 6 de noviembre de 2011

LECTURA Nº02-PERÍODO LÍTICO

La aparición del hombre en los Andes peruanos
(10 000 - 5 000 a.C.)
Recientes investigaciones y descubrimientos han puesto en evidencia que las ocupaciones humanas en América del sur llegan a una antigüedad de 12,000 años a.C.. Para los Andes las ocupaciones territoriales se dieron entre los 10,000 y 5,000 a.C. y se habrían dado de manera simultánea con otras zonas geográficas de América del Sur (selva de Brasil, llanos venezolanos), a través de una oleada paralela de ocupación continental.
Tras miles de años de recorrido errante, las bandas (pequeños grupos de hombres) que por el 12,000 a.C. llegaron a estas tierras encontraron una flora y fauna muy diferente a la actual. Enormes animales como el megaterio (perezoso gigante), el tigre diente de sable, ciervos, caballos y mastodontes se convirtieron en el alimento principal de la nueva población andina. La caza de estos animales les permitió vivir en los Andes durante miles de años a pesar de que sus herramientas eran muy rudimentarias y elementales (toscas puntas de piedra, anzuelos de hueso y hachas de piedra).

Hacia el 10,000 a.C. el territorio andino (peruano) ya había sido ocupado, principalmente las zonas comprendidas entre el Callejón de Huaylas y la cuenca del lago Titicaca en la sierra y entre Moquegua y Piura en la costa. En aquel tiempo, los desiertos costeños eran escasos, existían bosques húmedos llenos de fauna silvestre. La diversidad climática y biológica permitió al hombre arcaico recolectar los frutos que la naturaleza le ofrecía. Tal como afirman los investigadores, todos los miembros de la familia, incluidos los niños, participaban en la recolección de alimentos. Protegiéndose del clima o de los animales, los hombres de esta época habitaban en cuevas abandonadas hasta que el alimento en la zona se terminara. Una vez recolectados todos los alimentos posibles y tras haber cazado a los animales de la zona, procedía a trasladarse a otro sitio que les siga permitiendo la supervivencia. Durante este periodo arcaico los hombres andinos solo vivían de la caza y recolección, eran trashumantes y se albergaban temporalmente en cuevas y abrigos rocosos.
La Temprana especialización económica

En el periodo lítico la vida para el hombre andino era difícil. Su sobrevivencia dependía básicamente de la caza de animales y de la recolección de alimentos, principalmente vallas y frutos. Si bien para América del Sur la información sobre la actividad recolectora es escasa y no muy precisa, no hay duda de que tuvo un rol importantísimo como sustento del hombre arcaico. Se cree que los Andes centrales fueron escogidos como hábitat por sus ventajas frente a otras zonas especialmente por la relativa cercanía entre los pisos altitudinales que permitieron (y permiten aún) el aprovechamiento simultáneo de alimentos.

Antes de cazar los hombres de esta época preferían consumir los animales muertos por causas naturales o atacar a los moribundos, o a los atrapados en pantanos, grietas o cuevas.

Variados estudios realizados a partir del análisis de los huesos encontrados en las cuevas de Pikimachay, Jaywamachay (Ayacucho) y Uchcumachay (Junín) indican que el hombre andino prefirió cazar mastodontes, perezosos gigantes (megaterios), paleocaballos, venados y camélidos. En la caza participaban numerosos hombres y poseían diversos métodos para capturar y matar animales. Cuando el animal era muy grande como para enfrentarlo directamente se le rodeaba y acorralaba frente a un precipicio para que se desbarrancara. Cuando iban en manadas se les rodeaba, y con arcos, flechas y lanzas rudimentarias se hería a los animales. Fue de esta manera como cazaron guanacos y vicuñas.

Con el pasar de los años las pequeñas bandas de cazadores y recolectores ocuparon la mayor parte de pisos ecológicos, especialmente los valles costeños y andinos, las lomas húmedas y las altiplanicies andinas ubicadas a más de 3,500 metros sobre el nivel del mar. Esta penetración del territorio hizo que el hombre se adapte a las condiciones propias del lugar y se amolde a su geografía, clima, flora y fauna. Así se desarrollaron estrategias de subsistencia validas para zonas concretas. Por sus características es posible agruparlas en tres grandes patrones de adaptación: Tradición lítica en los Andes, tradición paijense (costa), tradición noreste (aplicados a los artefactos realizados con piedra, como proyectiles y que principalmente se adaptaron a las regiones costeras del actual Ecuador).

ACTIVIDAD.-Elabora un organizador visual sobre la lectura Nº02.

1 comentario:

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